He trabajado en el sector de equipos de medición durante más de 20 años y, con frecuencia, veo a las empresas con dificultades para elegir entre proyectores de perfiles y máquinas de medición por vídeo. A primera vista, ambos son dispositivos ópticos para inspección 2D, pero cualquiera con experiencia real en producción sabe que sus usos son muy diferentes. Cada uno tiene sus propias ventajas y limitaciones.
Los proyectores de perfiles fueron de las primeras herramientas de inspección óptica que utilicé. Hace más de 20 años, cuando trabajaba en una fábrica de moldes, veía con frecuencia a los operarios revisar las piezas estampadas con proyectores. Los componentes pequeños colocados en la platina se amplían decenas de veces en la pantalla, lo que permite detectar rápidamente deformaciones o rebabas. Para las roscas, los proyectores son igualmente útiles. Los ángulos de los tornillos y husillos son imposibles de verificar a simple vista, pero la ampliación permite comprobar si el ángulo es preciso. Los fabricantes de engranajes también utilizan proyectores, que comparan las formas de los dientes con las normas para determinar si la pieza pasa o no, lo cual es más que suficiente para la inspección diaria. En la inspección de herramientas, los proyectores son indispensables. He visto filos que parecían afilados a simple vista, pero que revelaban microastillas con la ampliación de la proyección. Si estas herramientas se utilizaran directamente en la producción, los problemas superficiales aparecerían rápidamente. La pantalla intuitiva de un proyector soluciona eficazmente estos problemas.
A medida que avanzaba la fabricación, las máquinas de medición de video (VMM) se generalizaron gradualmente. A diferencia de los proyectores, utilizan cámaras de alta resolución y software para capturar y analizar los bordes. Este proceso no se ve afectado por el juicio humano, lo que ofrece mayor estabilidad y repetibilidad. Hace unos años, visité una fábrica de componentes para teléfonos inteligentes donde las tolerancias eran de unas pocas micras. Las comprobaciones manuales no garantizaban la consistencia, pero con las VMM, se podían medir docenas de dimensiones a la vez y los informes se generaban automáticamente. En la industria de las PCB, donde las placas están llenas de almohadillas y orificios diminutos, los proyectores no pueden manejar la complejidad, pero las VMM facilitan la inspección de lotes. En dispositivos médicos, las he visto utilizadas para comprobar jeringas y stents, no solo garantizando la precisión, sino también proporcionando informes trazables exigidos por las estrictas normativas.
Aunque las máquinas de mecanizado vertical (MVM) ofrecen mayor precisión y automatización, los proyectores de perfiles siguen siendo valiosos. Muchas fábricas utilizan ambos. En el taller, los operarios prefieren los proyectores para realizar comprobaciones rápidas: sencillas, intuitivas y eficientes. En los departamentos de calidad, las MVM se utilizan para la confirmación final, garantizando resultados trazables que cumplen con los requisitos del cliente. Por ejemplo, en una fábrica de herramientas, los trabajadores primero utilizaron los proyectores para confirmar los ángulos de corte y luego las MVM para la verificación dimensional final antes del envío. Este proceso de dos pasos equilibró la eficiencia y la precisión.
Tras décadas de experiencia, puedo afirmar que no existe un dispositivo ideal. Los proyectores de perfiles son económicos, fiables y sencillos, ideales para las comprobaciones diarias. Los VMM ofrecen mayor precisión y automatización, ideales para la producción en masa y sistemas de calidad rigurosos. Para las empresas, combinar ambos suele ser la forma más eficaz de maximizar el valor de la medición.